Escenas desde el Festival: La realidad y la memoria

Interior / Auditorio Ilhuicalli /14:58

Juan mira apresurado su reloj, sabe que va tarde, su programa se lo dice, sudando entra al auditorio y lo recibe Isabel, chica alta, de sonrisa amable y voz atenta quien le da un boleto y lo invita a votar al final de la película. Juan apenas la atiende pero no deja de mirarla, Juan se encamina para entrar pero algo lo llama en el vestíbulo, las tres mamparas lo llaman y lo hacen decidirse a entrar tarde, ya ni modo, parece decir, y mira las fotografías que penden, ahí ve al Tepoztlán de antes, entre colores sepia, ve paisajes, niños, señoras, chinelos, moda autóctona, la construcción de la carretera que unirá a Tepoztlán con Cuernavaca, con la urbe. Empieza a perder su mirada ahí, en la línea que se pierde al fondo, que lleva a la imagen fuera del cuadro, cuando escucha que la función a iniciado, una voz pausada, con un tono diferente quizá argentino, chileno o peruano –en este Festival hay de todo- habla de algo que pasó en Alemania, también escucha la palabra Olimpiadas, futbol, negro, cholo, deja de mirar para seguir mirando, se enfila a las escaleras, sube, ya no suda, si no se ha refrescado sí se ha desacalorado, cuando sube, está de nuevo Isabel, aprisa bajando con un paquete de papeletas en la mano y su sonrisa -al parecer inamovible - de nuevo. Juan a tientas busca su asiento, lo logra, en una orilla extiende sus piernas, se acomoda, busca lo más, tiene que ser así, piensa quedarse a tres funciones, quizá a cuatro.

Exterior/ Entorno Biblioteca de Tepoztlán Lic. Aniceto Villamar/ 14:25

Jobita camina como si flotara, ligera se mueve hacia la Biblioteca, el sol está a plomo, su piel morena, arrugada, brilla con el sol, lleva un vestido blanco y negro, floreado, se detiene a mirar la manta azul con la programación del día y de la semana, busca su película, donde ella sale, la encuentra en el lunes a las dos y media, no sabe qué hora es, cree que falta poco para que inicie. Sube el escalón de la entrada, mira con agrado las letras de fummy que sobre fondo negro anuncian que ahí es la sala de cine, entonces, la biblioteca no desconoce su función de recinto cinematográfico. Jobita pasa y mira que hay algunos sentados, rodeados de libros apilados en sus estantes que a su vez se apilan para dar lugar a las sillas y al proyector. Jobita se mira en pantalla, apenas demuestra emoción o inquietud, cuando se sigue y repasa lo que dijo mientras la entrevistaban, mientras la grababan, se ve serena, sin altivez. Jobita es granicera, siente la energía del rayo y a veces no necesita nada más para sentirse bien y despierta, ni café, incluso ni comida, su voz es suave pero segura, incluso podemos decir que vibra un poco mientras explica su preocupación, porque los que tienen el don ya no quieren ser graniceros, se acaban y ya nadie quiere recibir ese conocimiento, le aplauden al terminar, los mira mientras le aplauden y deja salir una leve sonrisa.

Exterior / Biblioteca Pública de Tepoztlán Lic. Aniceto Villamar/ 17:40

Alguien pregunta si va a venir doña Rosario y por respuesta recibe un quizá.

Interior / Auditorio Ilhuicalli/ 18:28

Martín pide la palabra, trae puesta una camisa roja, jeans y sandalias, se nota acalorado, observa de reojo a su hijo, de no más de 6 años, acaban de ver a Saúl Roque denunciar atentados contra sus comunidades y la naturaleza, el agua, la tierra y el aire, un ritual náhuatl de agradecimiento porque se paró un desarrollo habitacional y la tierra gana, al menos por ahora. Martín habla fuerte y claro: cuando vemos la tele y vemos películas así de guerra, escenas violentas, yo le digo a mi hijo, porque pues uno tiene obligación, le digo que es de mentiras, que son actores, que eso no es cierto, pero ahora, al ver estas imágenes de enfrentamiento, cuando la policía tira a la señora grande y los demás corren perseguidos, no pude decirle que no era real.

Interior / Auditorio Ilhuicalli / 21:30

Juan entra de nuevo apresurado, miró tres películas y se tuvo que ir a cenar, apresuró sus quesadillas de huitlacoche porque le dijeron que Doña Rosario Ibarra estaba en el Auditorio Ilhuicalli, pagó apresurado, empinó su refresco de un trago y salió casi corriendo, al subir por la escaleras no había nada más que silencio, lo que le hizo pensar en que quizá todo era una mala broma, apartó la cortina y lo primero que vio fue la pantalla en negro y un roller con los créditos en blanco, se asomó, todos seguían mirando, sin aplauso y sin prisas por salir como era en las otras películas, terminó el roller, la pantalla se tornó blanca, la luz se encendió y los rostros en penumbra se alumbraron, había sudor, restos de lágrimas, caras largas, algunas indignadas o tristes, el silencio se rompió, la euforia contenida desembocó en una cascada de aplausos, Juan se unió y aplaudió algo que no vio pero intuía había estado muy bueno. Cecilia Serna y Carlos Lenin Carranco, se pararon entre las palmas y los vítores, Doña Rosario expectante y en su lugar a pesar de la invitación, los realizadores esperaron a que los aplausos se extinguieran y se dio paso a la sesión de preguntas y respuestas, que estuvo coronada de reflexiones de espectadores involucrados en la historia que acababan de presenciar, recordaron a todos que ninguno puede mantenerse ajeno, que de alguna manera y si seres humanos somos, esa historia ha de conmovernos… que en México existen esas historias que no pasan por la tele, pero existen.

Exterior/ Calle 5 de Mayo/ 22:00

Isaac e Itzel caminan con su papá, sus rostros están conmovidos, sus miradas siguen viendo las imágenes contundentes. Isaac, de 11 años, se dirige a su papá: Oye papá, qué cosas pasaban, como con Hitler… ¿Por qué no lo ponen en los libros de texto, si esto es parte de la Historia de México, porqué la ocultan los gobiernos? Itzel remata la plática que seguirá en silencio hasta que entren a sus casas, a tres cuadras de ahí: ¿Por qué no nos cuentan esto papá? Salvador solo atina a decir que es eso, precisamente, lo que hace el Festival de la Memoria.

Redacción:

José Luis Valdez / Jessica Rivera

Información:
José Luis Valdez / Jessica Rivera / Berenice Fregoso / Salvador Guzmán